«La calidad de los servicios sanitarios que se ofrecen en Camerún aún está muy lejos de los barómetros internacionales»

Entrevista a Emilie Ngono, coordinadora de proyectos en terreno

Emilie junto a su hijo Emmanuel en Sangmelimá, julio de 2018.

¿Cómo describiría la realidad sanitaria en Camerún?

El sistema de salud camerunés está experimentando una crisis dramática que afecta a nuestras vidas. Sobre el papel todo parece estar más o menos bien organizado, la información clara, los precios al alcance del ciudadano medio… pero cuando te toca vivirlo es cuando te das cuenta de que la realidad es diferente.

Por un lado, la sanidad pública* se encuentra en un estado deplorable, con un trato a los pacientes y un funcionamiento deficientes. Esto se debe a varios factores, entre ellos la corrupción, la crisis de autoridad debido a la ausencia de disciplina y autoridad jerárquica, la falta general de conciencia profesional y espíritu de servicio público, las interferencias en la gestión de las instituciones…

Por otro lado, la sanidad privada muestra una productividad del sector sin ánimo de lucro superior a la del público. Los pacientes tienen una clara preferencia por el sector privado donde, a nivel técnico, la calidad de la atención y la acogida son mejores. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el sector privado no tiene los mismos medios que el público y debe confiar por ello en su propia fuerza.

Además, si bien el servicio de salud privado en Camerún es a menudo destacado, no debe idealizarse. Sí, la calidad de la atención es mejor que en el público, pero a veces deja mucho que desear debido a la falta de recursos y de capacitación en gestión.

*En Camerún, la sanidad pública es de pago, con precios habitualmente no asequibles para la población, mientras que la privada suele estar gestionada por congregaciones religiosas sin ánimo de lucro, que cuentan además con una bolsa social para aquellos que no pueden pagar la atención médica.

 
¿Hay algo que le haya impactado especialmente?

Todavía recuerdo la horrible muerte de una madre y sus dos bebés en un hospital público de Douala en 2016. Una mujer embarazada iba en un taxi de camino al hospital cuando perdió el conocimiento tras una serie de contracciones. Cuando llegó a emergencias nadie la atendió y, tiempo después, un médico salió a la puerta del hospital, donde la joven estaba tumbada, declaró su muerte y volvió a entrar.

Es una historia que ha repugnado a todo el país y a mí, que soy una mujer como ella, me repugna más aún. ¿Cómo puede morir alguien en esas condiciones al querer dar vida? Esta imagen no se me quita de la cabeza…

 
¿Ha visto algún cambio a lo largo de los años en la sanidad del país?

Sí, se están haciendo esfuerzos por cambiar la situación. Por ejemplo, se han construido hospitales de referencia* en todas las regiones, se han hecho reformas en salud materno-infantil y hay avances en la gestión de las emergencias. Sin embargo, estos esfuerzos siguen siendo insuficientes, y la calidad de los servicios sanitarios que se ofrecen en Camerún aún está muy lejos de los barómetros internacionales.

*Hospital de referencia es un término técnico que, en Camerún, se refiere a los centros que depende del Ministerio de Salud. Es una categoría de hospital al que el resto de centros deben derivar a sus pacientes cuando ya no pueden atenderles, ya que normalmente los hospitales de referencia cuentan con equipos más sofisticados y personal más especializado.

 
Empezó a trabajar con Recover hace ocho años…

Sí, conocí a la Fundación cuando necesitaban gente para rehabilitar el Hospital de Monavebe, y desde entonces no me he separado. Me gusta mucho su enfoque, su idea de financiar proyectos de salud con un objetivo de impacto estable, de ahí su énfasis en la evaluación y seguimiento de proyectos. Creo que es muy importante su esfuerzo en acompañar a los centros en su proceso de empoderamiento: rehabilitándolos, equipándolos y capacitando al personal.
El trabajo de Recover es necesario porque aún hay muchas lagunas en nuestro sistema de salud. Recover significa “recuperar”, y eso es lo que hace: llenar algunas de estas lagunas y restaurar la esperanza en la gente. No puedo contar la cantidad de pacientes que pudieron curarse en el hospital de Monavebe, ni la cantidad de puestos de trabajo creados…

Rehabilitar los centros de salud, equiparlos, dotarles de ambulancias, construir torres de agua, capacitar al personal, evacuar a los enfermos… son algunas de las cosas que se hacen. El trabajo de Recover es necesario, y la prueba es que las solicitudes de ayuda llegan de todas partes.

 
¿Hay algún programa que, según su opinión, tenga más importancia?

Uno de los proyectos más importantes es el de formación del personal local. Podemos tener grandes edificios, equipos avanzados y afluencia de pacientes, pero si el personal no es eficiente, todo esto no tendrá impacto final en la población. La formación es un gran activo y constituye una verdadera fuente de motivación para el personal, que puede así ofrecer un servicio de calidad a los pacientes.

 
Si pudiera pedir algo, ¿qué sería?

Que Recover continúe apoyándonos, a los cameruneses, en términos de salud, porque todavía tenemos mucho camino por recorrer. Estoy muy agradecida por todo lo que se hace y no puedo más que decir gracias por la experiencia adquirida, que me ha permitido ayudar a poner en pie varios centros rurales en el sur de Camerún. Solo pido a la Fundación que no se desanime en su lucha por ayudar a los hospitales de África subsahariana.