Carta de un voluntario

Por Juan Fernández Mellado, estudiante de ADE con espíritu social

Juan Fernández Mellado nació en junio de 1995 y actualmente estudia el Doble Grado de Administración y Dirección de empresas + Derecho en Madrid. Pero sus ganas de ayudar a los demás le han llevado a mirar más allá de las fronteras estudiantiles y a poner su grano de arena junto a Recover, apoyando las labores administrativas de la Fundación. Su carácter alegre y dinámico hacen de él una persona proactiva y esto, sumado a un firme espíritu solidario, demuestra que las ganas y la ilusión son las bases de todo gran voluntario.

Carta de un voluntario-estudiante

«Soy Juan Fdez.-Mellado, un estudiante de Derecho y ADE que tuvo la oportunidad de conocer a y trabajar con este equipazo de Fundación Recover, especialmente con Javier, un gran profesional.

Primero, quiero aclarar que siempre me ha atraído el mundo «social», creo que es deber de los que han tenido el lujo de recibir una educación, devolvérselo a la sociedad, como cada uno bien pueda. Mi primer roce con este «mundo social» fue al acabar el colegio. Nos fuimos toda la promoción de viaje a Costa de Marfil (África), para construir juntos aulas desde cero. Fue una gran experiencia.

Sin embargo, llega un momento en que tienes que parar y darte cuenta de que hay otras formas de ayudar y, para mi sorpresa, MUY gratificantes. También hay que ayudar «desde casa», «desde España al mundo».

A raíz de una startup del 4º sector que estoy montando conocería a la persona-enlace con Fundación Recover. Al poco tiempo me daría el teléfono de Chus, la directora de la Fundación. Recuerdo perfectamente las ganas de hacer esa llamada. Era un sitio que me habían recomendado y que se dedicaba a un sector para todos muy llamativo: la salud de las personas. ¿Cómo podría yo, un estudiante, ayudarles? ¿Qué me podrían aportar ellos para mi futuro?

Entonces até cabos y dije: «les voy a echar una mano con los números, con la administración, con lo que necesiten». Para mi sorpresa, me dieron acogida a la idea. Lo acoplamos a mi rutina de universidad y de la startup y, poco a poco, fui entendiendo como funciona una Fundación. Fui conociendo al equipo y lo importante que es la labor que hacen «tras la pantalla». Además, voy a ser sincero: hay muy buen rollo en esa oficina, y eso, hace que te apetezca repetir.

Una vez por semana les iba a ayudar y, Javier, me indicaba las tareas. Cada semana algo nuevo que hacer y, a la vez, algo aprendía que me serviría para mi futuro profesional (¿cuántos estudiantes manejáis decentemente el Excel?).

Podría contaros más detalles o anécdotas, pero en todas el fondo es el mismo: «ayudar desde casa al mundo» es posible y es MUY gratificante.

Creo que también es importante el entender que hay vida más allá de los expedientes académicos, de los curriculum vitae y de las entrevistas de trabajo. Hay vida más allá de todo esto, del no parar y seguir, del trabajar, del estudiar, del ir al trabajo, del volver, del comprar, del ahorrar, del preocuparse y del divertirse, de la rutina, en definitiva. Tenemos que parar y darnos cuenta de lo realmente importante. De cómo cambiar el mundo desde nuestra casa y como cada uno pueda, porque solo entonces, lo cambiaremos de verdad.

Así que, «esto es todo amigos». Fundación Recover es una gran casa donde aprender y es un gran equipo al que ayudar. Simple. Si tienes tiempo disponible y, por supuesto, ellos necesitasen apoyo en algún campo, ¡adelante! Podemos ayudar “desde casa al mundo” y, en mi opinión, es nuestra obligación.»